sábado, enero 01, 2011

La explicación alquímica del mito de Adonis

Blog dedicado a la traducción y síntesis del texto hermético de las Fábulas Egipcias y Griegas desveladas y reducidas al mismo principio, con una explicación de los Jeroglíficos y de la Guerra de Troya, de Dom Antoine Joseph Pernety (1716–1796), traducción y selección de José Romero. (véase la presentación, 1 – 2 – y 3). jorosan@gmail.com

El incesto del padre y la hija, tomado en sí mismo, ya lo hemos explicado en más de un capítulo y nos hemos referido a cantidad de textos de los filósofos, donde se han visto incestos parecidos. Ahora pasemos revista a todas las circunstancias de esta fábula.
¿Qué es esta Mirra? ¿Qué es este Ciniras? Mirra viene de μύρω derramo, destilo; y Ciniras de κνύρομαι, llorar, lamentarse, de donde se ha hecho κινύρα, instrumento triste y melancólico. Mirra, pues, debe ser considerada como significando agua o goma, o alguna substancia líquida. Es lo que ha determinado al autor de esta fábula a hacer alusión a la mirra, que se dice μίρρα en griego μύρον perfume, venido así mismo de μύρω, destilo. Pues los filósofos llaman goma, agua, a una parte de su compuesto y es precisamente la que debe engendrar al Adonis u oro filosófico. Nuestra materia, dice el filósofo,[1] es un huevo, una goma, un árbol, un agua. Tomad la goma blanca y la goma roja, dice María a Aros en su Diálogo, y juntadlos en verdadero matrimonio. Isindrio dice: Mezclad el agua con el agua, la goma con la goma. Creo que es inútil citar más cantidad de textos al respecto, pues se encuentran a cada página en los libros de los filósofos. Mirra, pues, significa la goma o el agua de los sabios, que ellos llaman hembra y reina de una gran belleza.[2] Su nodriza o el agua mercurial filosófica la conduce a Ciniras durante la noche y se comete el incesto. He aquí la noche de los filósofos, durante la cual dicen que se produce la conjunción de su macho y de su hembra. La tristeza y la melancolía, indicada por Ciniras, también es uno de los nombres que los adeptos dan a su materia venida al negro. Observad, dice Filaleteo,[3] que los nombres del agua sulfurosa, agua ponzoñosa, agua aromática, cabeza de cuervo, peso, melancolía, noche, instrumento de tristeza, infierno, abrigo tenebroso, etc, son diferentes nombres para designar una misma cosa.
En efecto, ¿hay algo más propio que la oscuridad, la noche, el negro, para engendrar la melancolía y hacer nacer la tristeza? ¿Por qué Mirra es dicha hija de Ciniras o instrumento de tristeza y de melancolía? Es porque, en efecto, ella había sido concebida como Proserpina. Era bella, blanca, brillante y joven, porque la piedra al blanco tiene todas estas cualidades. Si se trata de hacer el elixir, su nodriza la ha de conducir a su padre Ciniras porque el agua mercurial es el agente de la putrefacción, durante la cual Mirra tiene comercio con su padre en la oscuridad de la noche; y para concebir a Adonis o el elixir, es necesario que la piedra al blanco, nacida de la putrefacción, pase de nuevo allí una segunda vez.
Se supone que Ciniras, al haber reconocido a Mirra, montó en cólera y quiso matarla, pero ella aprovechó la oscuridad de la noche para salvarse en la pétrea Arabia, a fin de hacer ver que la piedra pasa del negro al blanco y entonces se fija en piedra. Al ser la noche uno de los nombres que los filósofos han dado al negro de su materia, era natural que se dijera que Mirra se escapó al abrigo de la noche. Fue transformada en árbol y a continuación puso en el mundo a Adonis, porque la piedra al blanco es el árbol filosófico, llamado por el Cosmopolita árbol lunar. El fruto de este árbol es Adonis o el oro filosófico, que las náyades y las ninfas recibieron al nacer; en efecto, él nace en medio del agua mercurial, que lo nutre y tiene cuidado de él hasta su perfección.
A medida que Adonis crece se vuelve más y más bello ¿no es esto el color del oro filosófico, que se fortifica y se vuelve más brillante? Venus se enamora perdidamente de él y lo acompaña en las diversiones que le da la caza. Nada más simple que esto, y así mismo no podría ser que Venus no lo amara perdidamente y que no lo acompañara hasta el desdichado momento en que Adonis fue muerto. He aquí la razón: La piedra pasa del color blanco al azafranado, llamado Venus por los filósofos. Mientras que este color dura, aún se hace una circulación de la materia en el vaso, es la caza en la que Venus siguió a Adonis. El color de la herrumbre que sucede al azafranado es llamado Marte. He aquí al jabalí que el celoso Marte envió contra Adonis. Éste murió de la herida que le hizo, porque no queda en él nada de volátil. Así mismo Venus conserva, tras la muerte de su amante, el amor que sentía por él, porque el color rojo, que el Adonis filosófico toma en su fijación, conserva siempre una parte de este color azafranado que tenía mientras cazaba con Venus. Las rosas que la sangre de esta diosa tiñó de rojo mientras corría en socorro de su amante, significan el color rojo que sucede al blanco mediante el azafranado, llamado Venus como acabamos de ver.
Abraham el judío, referido por Flamel, ha tomado al rosal como jeroglífico de esta variación de colores.[4] Aún el mismo Flamel nos hace ver lo que se ha de entender por el descenso de Adonis a los Infiernos y del amor que Proserpina siente hacia él. Hemos demostrado suficientemente que los filósofos dan el nombre de muerte, sepultura, infierno al color negro, sin embargo he aquí todavía un texto del autor citado anteriormente, que servirá de prueba para la explicación que vamos a dar de la muerte de Adonis y de su retorno a Venus: Te he hecho aquí, pues, tomar un cuerpo, un alma y un espíritu blancos, como si resucitaran, para mostrarte que el Sol, la Luna y Mercurio son resucitados en esta operación, es decir, son hechos elementos del aire y blanqueados; pues ya hemos llamado muerte a la negrura; continuando la metáfora, podemos pues, llamar blancura a una vida que vuelve a venir por la resurrección. Adonis después de haber sido atacado por los mortales colmillos del jabalí de Marte, muere por su herida; esto es la imbibición que se hace a la materia para hacerla pasar del color anaranjado al rojo de la adormidera, mezclando allí un poco de humedad que ocasiona un color negro pasajero. En esta operación de rubificación –dice Flamel–[5] aunque imbibas casi no tendrás negro, sino más bien violeta, azul y el color de la cola del pavo real, pues nuestra piedra es tan triunfante en sequedad como incontinente que cuando tu mercurio la toca, la Naturaleza regocijándose de su naturaleza, se une a ella y la bebe ávidamente y por consiguiente el negro que viene de la humedad sólo puede mostrarse un poco y bajo estos colores violetas y azules.
He aquí, pues, a Adonis habiendo descendido al tenebroso imperio de Proserpina; ella se vuelve amorosa porque el negro se une con él. Venus lo reclama a Júpiter que toma a Calíope como árbitro de la diferencia que hay entre las dos diosas. Esta musa decidió que gozaran de él durante seis meses alternativamente. El color gris, llamado Júpiter, siempre sucede al negro inmediatamente, es por lo que Ceres para volver a ver a Proserpina y Venus para volver a ver a Adonis, y etc, se dirigen a este dios. Pero ¿por qué elige a la musa Calíope como árbitro? Es porque Adonis sólo puede ser devuelto a Venus, es decir, retomar el color rojo anaranjado, mediante la imbibición del agua mercurial, llamada en este estado vino tinto por Raimon Llull, Ripley y muchos otros y como Calíope es este agua mercurial, puesto que su nombre le viene de Καλός, hermoso, bello y de όπος, jugo, humor, como si se dijera que el jugo rojo o bello jugo ha armonizado la diferencia de estas dos diosas, lo que ha hecho que Flamel la llame leche virginal solar.[6] Este gozar alternativamente de las dos diosas indica las diferentes reiteraciones de la obra para la multiplicación, puesto que en cada operación la materia debe de volver a pasar por el negro, el gris, el blanco, el anaranjado, el color de la herrumbre y el rojo oscuro o el color de la adormidera.


[1] . El Filósofo, En la Turba.
[2] . Nuevo Símbolo, de Basilio Valentín.
[3] . I. Filaleteo, Enarratio method. Trium Gebri medicin.
[4] . Flamel, Las Figuras Jeroglíficas, de Abraham.
[5] . Flamel, Ibid. cap. 7
[6] . Flamel, Ibid.
Publicado por José Romero

miércoles, junio 02, 2010

Aleph tenebrosum

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domingo, abril 20, 2008

El vestido de la Torá

El relato que presentamos a continuación corresponden a un fragmento del Zohar (III, 152a) que se refieren a distintos temas fundamentales en la tradición hebrea y que trata de la Torá:

«Rabí Simeón dice: ¡Ay del hombre que pretende que la Torá no vino más que para contar simples narraciones, palabras ordinarias! Si así fuese, podríamos actualmente componer una Torá sobre temas vulgares e incluso más excelentes.
»La Torá contiene en cada una de sus palabras cosas elevadas, secretos supremos.
»Ven y ve: Existe el mundo de arriba y el mundo de abajo, que se equilibran. Israel, abajo, corresponde a los ángeles superiores de arriba, de los cuales está escrito: «De los soplos, él hace sus mensajeros» (Salmos civ, 4). Cuando los mensajeros descienden, se visten del vestido de este mundo; si no fuesen revestidos de un vestido parecido a este mundo, no podrían quedarse en él, ni este mundo podría soportarlos. Si es así en cuanto a los mensajeros, cuanto más es respecto a la Torá, la cual creó a los mensajeros y a todos los mundos, que se mantienen por ella.
»Puesto que la Torá descendió a este mundo, si no se hubiera revestido de estos vestidos que están en el mundo, es decir, las narraciones y temas vulgares, el mundo no hubiera podido soportarla.
»Así pues, esta narración, en la Torá, es su vestido. Aquel que piensa que este vestido es la Torá real, y que no hay otra cosa en ella, no tendrá su parte en el mundo por venir. Por eso dijo David: «Desvela mis ojos y yo consideraré las maravillas de tu Torá [es decir, debajo del vestido de la Torá]» (Salmos cxix, 18).
»Ven y ve: Hay un vestido que está a la vista de todos; son los necios los que, cuando ven un hombre bien vestido, no consideran más que la suntuosidad de su ropaje, y nada más, toman el vestido por el cuerpo del hombre, y su cuerpo por su alma.
»Es lo mismo en cuanto a la Torá: tiene un cuerpo que son los mandamientos llamados cuerpo de la Torá. Este cuerpo se reviste del ropaje que son las narraciones de este mundo; los necios que están en este mundo no consideran más que el vestido, que es el relato de la Torá, y no conocen nada más; no meditan sobre lo que hay debajo de este vestido. Aquellos que conocen más no consideran el vestido, sino el cuerpo que está dentro de él. Luego están los sabios, servidores del Rey supremo, los que están en la montaña del Sinaí y que contemplan el alma que está en la Torá; es la raíz de todo, la Torá verdadera. En el futuro podrán contemplar el alma del alma que está en la Torá.
»¡Ay de los impíos que dicen que la Torá no es más que un relato, y que no ven más que el vestido! Felices los justos que consideran la Torá como es debido. El vino sólo puede guardarse en una jarra, del mismo modo que la Torá sólo puede habitar dentro de este ropaje. Por ello sólo debe considerarse lo que hay bajo esta envoltura.»

viernes, abril 04, 2008

La pipa sagrada



Alce Negro fue el último gran sacerdote de los sioux que trasmitió oralmente la sabiduría ancestral. Así comienzan sus enseñanza: Muchos inviernos han pasado desde que esto sucedió:
Dos lakotas partieron de la caza y se apostaron sobre una colina; en el instante mismo en el que el sol se levantaba vieron a lo lejos algo que avanzaba hacia ellos de un modo extraño y maravilloso. Cuando esta cosa se hubo acercado, se dieron cuenta de que era una mujer muy bella, vestida con blancas pieles de venado y llevando una bolsa con flecos. Entonces, uno de los dos hombres tuvo pensamientos impuros y se lo dijo a su amigo; pero éste le conminó a olvidar tales pensamientos, ya que seguramente se trataba de una mujer wakan, una mujer sagrada. La mujer se acercó, y después de dejar su bolsa, le rogó al hombre de las intenciones impuras que la siguiera. Cuando el joven se acercó a la mujer misteriosa, una gran nube los envolvió y cuando ésta se disipó, la mujer estaba parada y a sus pies yacía el hombre, reducido a esqueleto mientras unas serpientes le mordían. Entonces, la mujer le dijo al hombre puro: "¡Considera lo que has visto! Vengo a tu pueblo porque deseo hablar con tu jefe Cuerno-Vacío-Sentado. Regresa a su lado y dile que prepare una tienda espaciosa en la que reunirá a todo su pueblo y preparará mi llegada. Quiero decirles algo muy importante". El joven volvió a la tienda de su jefe y le narró todo lo que había sucedido, que esta mujer misteriosa venía a visitarlos y que se debía preparar su recepción. En aquella época el jefe Cuerno-Vacío-Sentado disponía de muchas tiendas desmontadas y con todas ellas levantó una muy grande, como le había pedido la mujer. Además, envió a un pregonero para advertir a la gente que debían vestir sus mejores trajes de venado y reunirse sin tardanza en la tienda. Todos estaban muy intrigados aguardando la llegada de la mujer celeste, y cada uno se preguntaba acerca de lo querría confiarles. Muy pronto los jóvenes que vigilaban la llegada de la desconocida anunciaron que la veían, acercándose hacia ellos con gracia y dignidad; la mujer misteriosa entró en la tienda, y giró en el sentido de la puesta del sol, luego se detuvo delante de Cuerno-Vacío-Sentado. Se despojó de su bolsa y, sosteniéndola con sus dos manos, le dijo al jefe: "¡Miradla y amadla siempre! Es una cosa muy sagrada y debéis considerarla como tal. Jamás un hombre impuro podrá verla, ya que esta bolsa contiene una Pipa sagrada. Con ella, en los próximos inviernos elevarais vuestra voz hacia vuestro Gran Padre y Madre". Habiendo dicho esto, la mujer celeste sacó de su bolsa un calumet, como una pequeña piedra redonda que depositó en el suelo. Dirigiendo el tubo de la pipa hacia el cielo, dijo: "Con esta pipa de los misterios caminareis sobre la Tierra; ya que la Tierra es vuestra Gran Madre y Padre, y es sagrada. Cada paso que se diera con ella debería ser como una plegaria. La cazoleta de esta pipa es de piedra roja; representa a la Tierra. El joven bisonte que está gravado en la piedra, y que mira hacia el centro, representa a los cuadrúpedos que viven sobre vuestra madre. El tubo de la pipa es de madera, y representa todo aquello que crece sobre la Tierra. Las doce plumas que cuelgan allí donde el tubo penetra en la cazoleta, son el Águila Moteada, y representan a todos los seres alados del aire. Estos pueblos, y todas las cosas del Universo están unidos a ti que fumas la pipa; todos envían sus voces al Gran Espíritu. Cuando fumas con esta pipa fumas para y con todas las cosas".
John G. Neihardt, Alce Negro habla, J. J. de Olañeta, Palma de Mallorca, 2000.

miércoles, marzo 05, 2008

Musaeum hermeticum


En este famoso grabado que introduce la tercera parte del Opus medico-chymicum de Johann Daniel Mylius, y que también se utilizó en el Musaeum hermeticum, aparece escrito, a modo de referencia, el texto de la Tabla de Esmeralda en la parte inferior de la imagen. Se trata de un grabado apaisado, a doble página en las ediciones de la época, y en el que se conjugan los rayos de la luz de la gracia con los elementos de la luz de la naturaleza. La presencia de las tres personas de la Trinidad en la parte superior del dibujo alude a la primera. La parte inferior se ordena a partir de una simetría entre la derecha y la izquierda: a la derecha se representa lo masculino, el sol, el león, etc., todo ello iluminado por la luz diurna. La parte izquierda ocurre en la oscuridad o noche y en ella se representa lo femenino, la luna, el ciervo, etc. Ambas partes se unen en el centro, en una montaña que asciende, o sublima, la creación de la naturaleza hasta encontrar la luz de la gracia.


viernes, enero 11, 2008

Revista Philía



Philía nace en el "Depósito de las Aguas", edificio construido por Josep Fontseré en el año 1874 y actual sede de la Biblioteca de la Universidad Pompeu Fabra. Allí, bajo las bóvedas, y en su centro, se halla la Bibliotheca Mystica et Philosophica Alois M. Haas, que gracias a una Asociación de amigos con este nombre, hace posible la catalogación de sus más de 40.000 volúmenes donados por el profesor Haas el año 2000. En torno a él se han venido desarrollando, desde entonces, una serie de actividades que han recibido el apoyo del Institut Universitari de Cultura, que han agrupado a distintas personas, de diversas procedencias, y todo ello bajo el signo de la mística. Los estudios de mística han estado presentes en sus más variadas manifestaciones, desde sus expresiones medievales y en el Siglo de Oro, hasta su pervivencia en el arte moderno, con algunas confrontaciones en las culturas orientales.
Junto a la intención divulgadora de estas actividades ha prevalecido la orientación investigadora dirigida principalmente a los estudiantes de doctorado en Humanidades. Por iniciativa de un grupo de ellos surge la revista Philía como depósito de recepción tanto de los trabajos de investigación y tesis doctorales que se generan así como de todos aquellos acontecimientos culturales significativos dentro de este campo de intereses. Creemos que Philía ayudará a conservar la tradición de estudios que nos ha legado Alois M. Haas y que pretendemos continuar en las próximas generaciones.
Victoria Cirlot y Amador VegaBarcelona, Noviembre 2007.
Más información:

sábado, diciembre 15, 2007

Lo demoníaco en el arte. Su significado filosófico.


Enrico Castelli.
Lo demoníaco en el arte. Su significado filosófico.
Siruela, Madrid, 2007.


Fragmento de comentarios de láminas: Jerónimo Bosco (1450-1516), Tentaciones de san Antonio — Museo de Lisboa (pp. 132-133).

"En la escena central del impresionante tríptico de la tentación de lo horrendo se celebra una misa negra. La sacerdotisa y dos ayudantes dan la comunión a unos bufones. El primer comulgante, de rostro porcino, lle­va en la cabeza un búho (es por lo tanto un sacerdote del ídolo Baal). En las mitras de los oficiantes, se entrelazan víboras enroscadas y zarzas, de modo que el vino ofrecido es veneno de serpientes (porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los campos de Gomorra; las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos muy amargos tienen. Veneno de serpientes es su vino, y pon­zoña cruel de áspides, Deuteronomio 32, 32-33). En el plato redondo pre­sentado por una negra, una rana levanta un huevo, símbolo de la genera­ción insana. El santo, absorto, vuelve la cabeza para no ver. Sólo la cruz es real. No lejos del eremita, un brujo con la varita mágica. Al fondo de la visión demoníaca, en el horizonte, relumbra el incendio.
En la parte inferior: una embarcación que acaba en pez. Es guiada por demonios simiescos; arrastra animales acuáticos impuros (la pesca del diablo).
En la tabla de la izquierda del tríptico: san Antonio, desvanecido, es trasportado en brazos por dos monjes y un laico (el rostro del laico repro­duce los rasgos del Bosco) por un puente de madera. Sensación de mar­cha fatigosa; algo abrumador ha sucedido. Debajo del puente, dos demo­nios animalescos y la caricatura de un monje leyendo. A escasa distancia, otro demonio-pájaro que lleva sujeto al pico un papel con la inscripción «gordo». Según Combe (H. Bosch, Tisné, París 1946), clara alusión al co­mercio de indulgencias, al derecho adquirido a engordar y al eclesiástico corrupto que engorda con el dinero ilícito.
En la tabla de la derecha, la escena del árbol hueco: el demonio-sapo recoge en una copa el líquido mágico que vierte otro demonio de rostro femenino. ¿Tentación del ilícito experimento alquímico del homunculus? Parece que sí, ya que el viejo-niño se mueve fatigosa­mente sin ser visto por el santo; es el inmundo fruto de la gran tentación. En la parte inferior: la mesa mágica. En la mesa, un vaso de Hermes del que sale un pie de puerco. También uno de los demonios que sostie­nen la mesa tiene un pie metido en un vaso de Hermes. Una cabeza-vientre lleva un cuchillo clavado en el ombligo. Un sombrero rojo la cu­bre a medias, dejando al descubierto la oreja y una cola negra que se retuerce como una serpiente. Es la oreja que sólo oye el estímulo ínfimo. La mesa mágica no genera más que monstruos, y la tentación de la gene­ración contranatura es el triste producto de la concupisdentia irresistibilis aberrante. "